Solo para que te enteres
Blanca Nieves Palacios Barreda
Rubricando su despedida de la Casa Blanca en Washington, los fieles seguidores de Donald Trump, tan beligerantes como su líder, invadieron el Capitolio, lugar donde los Senadores y Congresistas, en asamblea recibían la información de los datos de la elección en la que Josep Biden resultaría electo como presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Insuficientes fueron los policías que resguardaban ese edificio, para contener a esa gran turba de ciudadanos gringos, pues su ídolo, Trump, los incitó a que acudieran al Capitolio a impedir la asamblea, que era dirigida, por su propio vicepresidente, Mike Pence (del Partido Republicano) y Nancy Pelosi (del Partido Demócrata); Pence se negó a seguir las ordenes de su presidente, de no aceptar el triunfo incuestionable de Biden, y ha guardado, distancia hacia Trump, lo mismo que muchos de sus correligionarios Republicanos.
Las demostraciones propias de una persona, con el terrible padecimiento de la esquizofrenia, las dio Trump, desde el inicio de su campaña; su racismo, autoritarismo, la gran prepotencia que demostró, así como los señalamientos y denuncias de ser un violador, no solo de las mujeres, sino de las leyes mismas que rigen a su país, fueron ignoradas por muchos millones de estadounidenses, en los que inculcó el odio, no solo hacia las personas de color, sino a los más desposeídos de ese poderoso país que es, Estados Unidos, y lo sentaron en la presidencia del país más poderoso del mundo.
Los mexicanos fuimos blancos de sus ataques, tanto en su campaña, y ya como presidente, durante todo su período; entre sus principales promesas, destacaba el muro que decía construiría a lo largo de la frontera entre E.U. y México y que, “los mexicanos lo pagarían”, afirmando que: “los mexicanos somos delincuentes, violadores, asesinos, narcotraficantes”; su odio a los inmigrantes, nunca lo ocultó.
No aclaró nunca que, E.U. ha sido escondite de los más peligrosos delincuentes mexicanos,todos ellos funcionarios, desde ex presidentes, gobernadores, diputados y demás fauna política delincuencial que, tras dar cumplimiento a las órdenes de los presidentes gringos, y entregar al país, de diferentes formas, ya enriquecidos, se van a ese país vecino, a comprar residencias en los más exclusivos lugares y a recibir reconocimientos, aplausos, y puestos de maestros y conferencistas, por lo bien que hicieron su trabajo en México; esos sí son, unos verdaderos delincuentes.
La gravedad y el verdadero peligro para E.U. se llama, Donald Trump y, al parecer, ya se convencieron muchos ciudadanos estadounidenses, senadores y congresistas, así como varios de sus funcionarios, que han renunciado a sus cargos tras los eventos de vandalismo, que causaron grandes destrozos, hasta en la oficina de la presidenta del Congreso, Pelosi.
A través de los medios televisivos, millones de personas de todo el mundo, presenciaron, la peor forma de un presidente para aferrarse al poder, a grado tal que, al considerar a Trump un verdadero peligro para la estabilidad y la democracia que dicen tener, le suspendieron el servicio de Facebook a fin de impedirle siguiera incitando a lo que llamaron: “un golpe de Estado”.
Y dio inicio entre los analistas, periodistas y opinólogos, sobre el derecho de Trump a expresarse, empezando por nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien dijera estar en contra de la censura, olvidando que ha sido Trump, quien se ha atrevido a censurar y hasta sacar de sus conferencias de prensa, a todo aquel periodista que no estuviera de acuerdo con él y lo cuestionara sobre algún tema, o le hiciera preguntas “indebidas”.
Los mexicanos, nada bueno podremos recibir de cualquier presidente norteamericano, ellos ven siempre por sus propios intereses; ojalá nuestros presidentes actuaran de igual manera. Por lo pronto, decir que, acá tras el muro, podemos afirmar que E.U. ha tenido al peor presidente de su historia.