Patricia Alvarado
Guadalajara, Jalisco. El pasado 8 de marzo Día Internacional de la Mujer, se dieron acontecimientos realmente significativos por el contexto de las elecciones 2021.
El pacto patriarcal que existe desde el estado ha levantado una animadversión social exasperante hacia las mujeres, el jefe de estado en turno con un “Ya Chole” dejo ver su intolerancia hacia las mujeres que padecen violencia y vulnerabilidad en sus derechos humanos y también dejó ver su impericia en el tratamiento de la violencia de género.
Aunado a esto se ha hecho una compaña que pareciera tener el propósito específico de avalar candidaturas de hombres agresores, denunciados por violaciones como el caso de Félix Salgado Macedonio y algunos otros hombres que aspiran a algún cargo público. Candidaturas lastimosamente también apoyadas por mujeres que laceran la dignidad de las que ya no tienen voz o de las que tienen voz y no se les cree, ya Rita Segato argentina antropóloga, feminista, activista decía “El feminismo es una lucha contra el orden político patriarcal. Y luchan contra ese orden político las mujeres que no son patriarcales, porque hay mujeres que son muy patriarcales.”
México está viviendo una época donde a las mujeres no se les da credibilidad si son violadas, acosadas, ultrajadas, hostigadas, donde la violencia se ha normalizado al grado de revictimizar a la víctima y ser indiferente a esta afrenta.
El estado federal fue provocador en la conmemoración de este día al instalar vallas al derredor de Palacio Nacional cuando su obligación sería en todo caso respetar y garantizar los derechos humanos de todas las mujeres, niñas y adolescentes, su derecho a manifestarse, su derecho al libre tránsito, su derecho a la exigencia de sus derechos y no colocar muros de acero.
El “muro de la paz” como se le llamó para justificar al hecho desde la Coordinación de Comunicación Social de Presidencia se convirtió en un memorial, una “antimonumenta” con los nombres de las miles de mujeres muertas, violadas, abusadas y desaparecidas ante el silencio e impunidad de las instituciones que procuran la justicia, dando una voltereta con guante blanco al estado federal por tan aberrante instalación.
El problema de la violencia hacia las mujeres, niñas y adolescentes es una tragedia social y nacional.
México como otros países latinoamericanos viven en la pandemia de la violencia de género y el activismo feminista levanta y hace mella en los gobiernos y estos en lugar de ser empáticos hacen gala de su poder machista para seguir apuntalando la violencia en contra de las mujeres y lo desgarrador es que mujeres participan sin pudor alguno como por ejemplo avalando candidaturas de agresores y violentadores.
La violencia de género no debe excusarse, no debe mediarse, no debe disculparse, es un delito y debe sancionarse.
Las mujeres merecen un mundo de igualdad y oportunidad, sin estigmatización, libres de estereotipos y violencias, merecen un futuro pacífico y sostenible, mujeres merecen estar en las mesas de decisiones de su comunidad, de su ciudad, de su estado y de su país.
