CAFÉ SIN AZÚCAR
Víctor Vish Fernández
El tema de las vacunas y el de salud en nuestro país está lleno de huecos tal queso gruyere. Después de las elecciones intermedias las vacunas comienzan a escasear, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su canciller Marcelo Ebrard, siguen mendigando vacunas ante la tercera ola de contagios de covid. Siguen tercos en su fracasada estrategia ante la pandemia, y el regreso a clases es un hecho, sin importar las más de 600 muertes en menores de edad por el coronavirus.
También aseguró que no habrá vacunas para menores de 12 años. Señor López Obrador: ¿Cuánto vale la vida de un mexicano? ¿Los menores de edad no representan votos para su fallida cuarta transformación? Si el regreso a clases fuera seguro, no estarían pidiendo una carta de responsabilidad. Las muertes en esta pandemia van de medio millón de personas, aunque lo quieran ocultar, las actas de defunción no mienten. Los números oficiales no incluyen los fallecidos en casa, en pueblos, ni personas indigentes, y dicho sea de paso, están en el olvido del “mesías” AMLO.
Se redujo la atención pública a la salud 40 por ciento, y López Obrador promete que no nos van a volver a conquistar los españoles. ¿Esto le genera seguridad o satisfacción? En Jalisco personal de la Cruz Verde se quejan de que algunos de ellos no han recibido uniformes en los últimos dos años, mientras que en la administración del ex gobernador Aristóteles Sandoval, se les entregaban dos uniformes cada seis meses. Además que ellos tienen que poner de su dinero para comprar algunas cosas de seguridad, como guantes, cubre bocas que seguido escasean, gel antibacterial, y hasta equipos especiales para atender personas infectadas de covid.
En medicamentos todo escasea desde la desaparición del Seguro Popular, no hay ni lo básico, como puede ser paracetamol u omeprazol, días en que el laboratorio clínico no está en servicio por falta de los activos. También debe sumar que muchos del personal no están vacunados, por qué tienen que esperar hasta que les toque conforme a su edad. Los héroes de esta contingencia están en el olvido del gobierno.
Café exprés. Lo sucedido en los Juegos Olímpicos no puede llevar otro adjetivo que no sea el de fracaso. Cuatro medallas de bronce, tres son por parte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte que preside Ana Gabriela Guevara, y una cuarta medalla fue para el futbol que es mérito, bueno o malo, de la federación de este deporte. Los resultados representan una retraso de más tres décadas, y como cada evento olímpico, se destapa la corrupción y nepotismo enraizado en la Conade, nos enteramos de atletas que ellos sostienen de su bolso su desarrollo deportivo, que están en la sombra y en el olvido, pero cuando llegan el evento grande, lo presionan, le exigen y de ganar los directivos también se cuelgan la medalla. Y seguimos hundidos en el Laberinto de la Soledad, como dijo el Premio Nobel de Literatura, el mexicano Octavio Paz, “más que el brillo de la victoria, nos conmueve la entereza ante la adversidad”. Premiar los cuartos lugares en una competencia, solo representa a un gobierno de cuarta. Ana Gabriela percibe un salario de 119 mil 722 pesos, salario de nuestros impuestos, y ha sido un fracaso su trabajo, por lo cual se le debe hacer una auditoría y pedirle su renuncia.
Refil. Las frases que describen la ineptitud de un gobierno. “No competí yo”, Ana Gabriela Guevara, presidente de la Conade. “Yo solo soy la directora del Metro”, Florencia Serranía, ex directora del Metro. “El cubrebocas sirve para lo que sirve y no sirve para lo que no sirve”, sub secretario de Salud, Hugo López-Gatell. “Llueva, truene o relampaguee, habrá clases presenciales en agosto”, Andrés Manuel López Obrador. Una vez dijo Platón: “El precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres”. No más chairos, ni fifis, solo mexicanos unidos exigiendo resultados al gobierno en turno.
